ABONADO DE RESERVA DE CULTIVOS LEÑOSOS
ABONADO DE RESERVA DE CULTIVOS LEÑOSOS
El abonado de reserva, o fertilización post-cosecha, consiste en aplicar fertilizantes a principios de otoño para mejorar la producción y calidad de la siguiente campaña. Las plantas acumulan durante el otoño los nutrientes que necesitará en la siguiente primavera, y el abonado de reserva potencia ese mecanismo natural.
El momento de la fertilización depende del tipo de cultivo, en septiembre para árboles frutales y hasta noviembre para la vid. La fertilización otoñal y la fertilización primaveral son complementarias y una no excluye a la otra. El agricultor debe tenerlo en cuenta para no superar las unidades fertilizantes previstas en su plan anual de abonado.
¿Por qué aplicar una fertilización post-cosecha?
Las investigaciones científicas demuestran que el ciclo vegetativo de las plantas no finaliza en el momento de la cosecha y continúa hasta la llegada de las temperaturas invernales (por debajo de unos 10° C), cuando entran en la fase denominada latencia vegetativa.
También demuestran los estudios que, justo en el período anterior a la latencia invernal, entre la cosecha y la caída completa de las hojas, la planta absorbe nutrientes mediante una intensa actividad radical. Junto con la fotosíntesis de las hojas en post-cosecha, los nutrientes se traslocan a los demás órganos de la planta. Desde la fase de reinicio vegetativo, hasta la floración, el crecimiento de hojas y brotes se produce a expensas de esos nutrientes de almacenados en los órganos leñosos.
Los resultados que se pueden obtener de una fertilización otoñal con fertilizantes de liberación controlada son:
- Mejor equilibrio vegetativo-productivo sin revegetación tardía, ni exuberancia excesiva.
- Mayor fertilidad de yemas, y menos yemas ciegas.
- Incremento de la producción por planta, diámetro y peso medio del fruto.
- Incremento de los grados Brix de la pulpa.
- Mayor consistencia de la fruta (y menos problemas de refrigeración-conservación).
- Mayor uniformidad de los frutos, con incremento del porcentaje de frutos de mayor calibre.
- Mayor resistencia a la congelación gracias al aumento de solutos en la savia.
El clima otoñal constituye otro factor que aconseja el abonado de reserva, porque el nivel de humedad del suelo es suficiente para los procesos de absorción de forma regular hasta la caída de las hojas. Las temperaturas de principios de otoño permiten la actividad fotosintética y radicular. Este pico de crecimiento radicular, resulta idóneo para el maximizar la eficacia de la fertilización.
¿Qué tipo de fertilizantes se pueden aplicar?
Esta técnica de fertilización puede realizarse tanto con fertilizantes líquidos o solubles como con sólidos. No obstante, la aplicación de fertilizantes sólidos no puede demorarse, ya que se necesita cierto tiempo para su incorporación en la solución del suelo y la posterior absorción por el sistema radicular de la planta antes de la caída de las hojas.
La riqueza del fertilizante puede variar según el estado nutricional de cada plantación y las condiciones del suelo de la parcela, pero se recomienda que tenga un alto contenido en nitrógeno. Esto se justifica en que el periodo de crítica necesidad de nitrógeno de los frutales es durante el rápido crecimiento primaveral, por lo que es fundamental la redistribución de las reservas nitrogenadas almacenadas previamente en las estructuras permanentes (raíces, tronco, ramos) para soportar el crecimiento primaveral.
Nuestro equipo técnico puede aconsejarle sobre qué fertilizantes son los más convenientes para su explotación para realizar de la forma más eficiente el abonado de reserva. ¡No dude en consultarnos!