El cultivo de pistacho: ¿una moda, o un cultivo con futuro?
El cultivo de pistacho: ¿una moda, o un cultivo con futuro?
El pistachero (Pistacia vera) es un árbol originario de Siria y los desiertos montañosos de Asia Central. Con el tiempo, el cultivo se extiende por la cuenca mediterránea y el resto del mundo. Estados Unidos es el primer productor mundial de pistacho, seguido de Irán, Turquía, China y Grecia.
El pistachero se clasifica como planta rústica debido a su resistencia, porque soporta condiciones climatológicas desérticas y terrenos salinos.
Implantación del cultivo del pistacho en España
La implantación del pistacho en España es relativamente reciente y se considera un cultivo alternativo de secano en regiones áridas y semiáridas. La planta es sensible a condiciones de alta humedad y suelos mal drenados que pueden causar pudrición en las raíces.
La explotación del pistacho comienza en España, como un cultivo experimental. Los pistacheros necesitan casi una década hasta alcanzar su pico de producción. Su consolidación demoró años, hasta que se consideró un cultivo rentable, y en la actualidad gana terreno campaña tras campaña debido a su mercado en alza.
En 2018, la extensión de hectáreas de pistacho se incrementa un 30%. Castilla-La Mancha, con 20.000 hectáreas, abarca el 70% del terreno cultivado de pistachero en España, seguida de Andalucía y Extremadura.
Pistacho castellano, referencia mundial de calidad
El pistachero se acopla muy bien a las condiciones climatológicas y del suelo en Comunidades, como Castilla-La Mancha. Las condiciones de maduración que se producen en las provincias de Albacete, Ciudad Real y Toledo permiten cultivar uno de los mejores pistachos del mundo.
El clima de la región, combinado con suelos calcáreos, permite que la planta se desarrolle con solvencia. Los veranos secos y calurosos, con variación térmica importante entre el día y la noche, enriquecen la maduración del fruto, que contiene un nivel oleico superior al pistacho de otros orígenes. La intensidad del sabor de estos pistachos los sitúa entre los preferidos en los mercados internacionales.
Futuro del cultivo del pistacho en España
En la actualidad existe mucho interés en adoptar las mejores variedades de pistacho, en mejorar la maquinaria de procesado agronómico y en optimizar la comercialización.
Donde se implanta, el pistacho ofrece mayor rentabilidad en comparación a la viña y el olivo. Como es un cultivo muy mecanizado, también sirve para la cosecha la maquinaria de recolección de aceituna por vibración.
El obstáculo que encuentra el agricultor a la hora de cultivar pistacho es la inversión inicial, de unos 5.500 € por hectárea, y el tiempo de espera. Resulta complicado cambiar un monocultivo extenso, como trigo o viñedos, a una planta que tardará 6 años en producir. Sin embargo, los agricultores de Castilla-La Mancha y Extremadura ya han dado el paso: ¿por qué?
El pistachero tiene potencial, como reemplazo del olivar en Andalucía y Extremadura. Con el pistacho no existe riesgo de colapso de la demanda por exceso de oferta, como sí ha ocurrido con la aceituna. Las previsiones sobre la demanda de pistacho ofrecen un aliciente para emprender su explotación. El mercado para el pistacho se expande más allá del fruto para aperitivo: repostería, helados, cosméticos, alimentación biológica, etc.
Respecto a los costes y el rendimiento, el pistachero, una vez desarrollado, apenas requiere cuidados, por lo que los costes se sitúan sobre 2 € / kg. La producción promedio en secano es de 700 – 1000 kg / ha y en regadío 1500 – 2500 kg / ha. El precio de venta en origen del pistacho, pelado y seco, es de 6 € / kg. Los pistachos abiertos, según su calidad, se pangan a precios, entre 8 y 9,5 €, y el precio se incrementa si se trata de cultivo orgánico, de gran demanda en el mercado europeo.
En 2020 faltan unas 120.000 hectáreas de pistachero para cubrir la demanda interna europea, y España posee condiciones óptimas para el cultivo de pistacho de calidad. Según las previsiones, Europa necesitará aumentar 300.0000 hectáreas de pistacho en los próximos 20 años. Si se atienden los indicadores europeos, el cultivo de pistacho en España ha venido para quedarse y expandirse.