Fertilización eficiente y abono para frutales
Fertilización eficiente y abono para frutales
La fertilización eficiente de los árboles frutales sólo se puede planificar de forma correcta si se conocen las necesidades de cada especie y los tiempos de absorción de nutrientes. El propósito del abono para los árboles frutales se enfoca a aumentar la producción, evitando las posibles deficiencias nutricionales y manteniendo óptima la fertilidad del suelo.
Tipos de abonado para frutales
Los nutrientes básicos del abono para árboles frutales son el nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). No existe una época determinada para la fertilización: deben considerarse las diferentes necesidades nutricionales del árbol durante el año. Los árboles demandan mayor cantidad de nutrientes en la época del año de la fructificación, y en los meses fríos el crecimiento es casi nulo.
También es necesario preparar el suelo cada año para aportar esos nutrientes en una cantidad equilibrada y con una liberación progresiva. Existen dos abonados para frutales:
- De fondo. Aplicado a finales de invierno en una única aplicación.
- De mantenimiento. Aplicado posteriormente al abonado de fondo, para completar las necesidades totales que requieren las plantas. Aquí también se incluye el abonado que se realiza a mediados de otoño con vistas a la reserva nutricional de la siguiente temporada.
Plan de fertilización para frutales de hueso y pepita
El abono para frutales recomendable será del tipo completo, con los nutrientes básicos (nitrógeno, fósforo y potasio), además de otros micronutrientes necesarios para el desarrollo de hojas y frutos.
La estrategia de abono se planifica con la información de la especie de frutal y las características de la explotación que se va a tratar (tipo de suelo, agua de riego, etc.). En el plan de fertilización se suman las cifras de las necesidades de la plantación, menos los nutrientes aportados por el agua de riego y las aportaciones del propio terreno. Primero se calculan las necesidades por hectárea de P y K, y por último las de N.
Respecto al nitrógeno, en la época de floración apenas se requiere suplementación, pues el ciclo interno del nitrógeno del mismo árbol cubre casi todas sus necesidades. Las necesidades de N se incrementan de forma paulatina a partir de la floración con el desarrollo de los frutos y los brotes. A finales de julio se estabilizan y, tras la recolección del árbol, decrecen.
En cuanto al abono para frutal orgánico, normalmente se aplica en invierno.
Cuando se establece el calendario de fertilización, debe establecerse la forma y lugar de aplicación según las características del cultivo, el clima, el tipo de riego y el equipamiento o maquinaria para administrar los productos.