SIEMBRA DIRECTA O SIEMBRA CONVENCIONAL

SIEMBRA DIRECTA O SIEMBRA CONVENCIONAL

Siembra directa

Los métodos de labranza evolucionan por causas, como los cambios climáticos y meteorológicos, las necesidades individuales de las especies cultivadas y el progreso técnico. Ante la elección entre siembra directa o siembra convencional deben tenerse en cuenta las características de cada cultivo.

Rentabilidad, ventajas y desventajas del método de siembra directa

Con el método de siembra directa o labranza cero, el agricultor no realiza ninguna labranza o preparación del suelo. La siembra directa, o labranza cero (“No Tillage” o “Zero Tillage”), no es una técnica de laboreo mínimo, como sembrar de una sola pasada o el laboreo en bandas (“Strip Till”). La siembra directa se realiza en el rastrojo del cultivo anterior, y la única preparación mecánica del suelo consiste en abrir un estrecho surco en el rastrojo para la semilla.

Ventajas de la siembra directa

  • Costes operativos. La siembra directa es más rápida que la siembra convencional, y se obtienen casi los mismos ingresos que con la siembra convencional a menor costo. Con la siembra directa se ahorran horas de trabajo, combustible y, por el menor desgaste de maquinaria, gastos de mantenimiento.
  • Bajo riesgo de compactación por ruedas u orugas. Buena transitabilidad y resistencia a la carga del suelo.
  • Equilibrio hídrico beneficioso. La cubierta vegetal constituye una fuente de abono verde, previene la erosión del suelo y evita la pérdida de agua por evaporación.
  • Con una adecuada rotación de cultivos, se disminuye el riesgo de malas hierbas y enfermedades (además de equilibrar los nutrientes disponibles en el terreno).

Desventajas de la siembra directa.

  • Inversión inicial. El agricultor necesita adquirir sembradoras especiales para labranza cero, más costosas que las sembradoras equivalentes para la agricultura convencional.
  • Requisitos más estrictos de laboreo y cultivo. La cubierta vegetal retrasa el calentamiento de la superficie en primavera.
  • Puente verde a enfermedades. En el rastrojo pueden sobrevivir ciertas plagas. Los residuos excesivos pueden desencadenar un déficit de K o N en el terreno.
  • Dificultad de gestión de plantas adventicias y malas hierbas. Al no labrar el suelo, las malezas perennes se regeneran bajo tierra. La siembra directa necesita herbicidas totales que generan resistencias a largo plazo. El rastrojo dificulta la aplicación de herbicidas y debe aplicarse más producto.
  • Menor rendimiento que con la siembra convencional. En determinadas zonas puede darse un ligero descenso de la producción.

Comparativa entre siembra directa y convencional

El método de arado convencional está probado en el tiempo y es el de mayor implantación en España.

Ventajas de la siembra convencional

  • Beneficios fitosanitarios y de control de plagas por la eliminación de rastrojos y destrucción mecánica de malezas perennes.
  • En invierno, mejora de la subida del agua por capilaridad.
  • En primavera, incremento rápido de la temperatura del suelo.
  • Método de probada eficacia. Las diferentes modalidades de siembra convencional no requieren inversiones en maquinaria tan costosas, como en la siembra directa.

 Desventajas de la siembra convencional

  • Mayores costos de producción.
  • Disminución de la cantidad de invertebrados beneficiosos del terreno.
  • Efectos negativos sobre la estructura del suelo en condiciones de excesiva humedad. Mayor riesgo de erosión y de deslizamientos de tierra en suelos arcillosos.
  • En primavera, necesidad de volver a compactar el terreno.

En la agricultura convencional se produce una mayor pérdida de agua por evaporación durante los meses cálidos, aunque esta circunstancia puede resultar positiva según la especie cultivada y la ubicación del campo.

En conclusión, la sostenibilidad de un método de cultivo no guarda relación entre un mayor o menor laboreo, sino en tomar las decisiones adecuadas a las características de la explotación: técnica de labranza, método de siembra, tratamientos fitosanitarios, consumo de agua, fertilización, o rotación de cultivos.

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